Sobrecargo
Ella era una mujer de un pueblo chico,
con sueños e inquietudes grandes.
Es por eso que a su corazón le suplicó,
Y este lo envió por todas partes.
Verás ella es una sobrecargo en un avión.
Sin paradero alguno a viajar se dedicó.
El viento la puso a mi disposición,
Pero fue ella que de mi corazón abdicó.
Es raro ver cómo una estrella fugaz pasa tan rápido.
Por lo general las estrellas conceden deseos,
Por más que tu único anhelo es volver a vivir el momento.
Y es que cómo alguien guarda una estrella, sin a ella estar preso
Es horrible pensar en todo lo que algún día hubiera sido
Porque en un instante se consumen tantos sentimientos.
Sus palabras me juraron que se quedaría
Por más que yo sabía que era mentira, mi corazón le creía
Ni siquiera ella podía calmar a su corazón aventurero
Y quién soy yo para hacerlo si soy sincero
Qué iluso fui, la magia de esa mujer no puede poseer
Le bastó un día y con eso tuvo todo mi querer.
Hoy en día sigo viendo a las estrellas
Esperando que te encuentres en alguna de ellas.
Ella era una mujer de un pueblo chico,
con sueños e inquietudes grandes.
Yo soy un simple hombre de alguna de esas ciudades
De los muchos corazones que ella de seguro radicó.
Enrique Barragán Villamar
Con reconocimiento de validez oficial de estudios otorgado por el Gobernador del Estado de Nuevo León de fecha 8 de julio de 1988 publicado en el Periódico Oficial del 25 de julio de 1988.
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