Estamos con el Maestro José Roble Flores Fernández, Director de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey.
Maestro Flores, escuchamos que está por celebrarse el examen profesional número 500 de la Licenciatura en Derecho. ¿Usted, como maestro fundador, pensó que llegaría a ese número?
Por supuesto, esta Institución nació para servir a la comunidad con la formación de profesionales del derecho que quisieran una formación integral.
Desde su fundación, sabíamos que se trataba de un proyecto sin término y, aunque el inicio no fue fácil y se tuvieron que superar muchas dificultades, una vez consolidada la propuesta del modelo educativo, estábamos seguros que muchas personas se interesarían en él.
Ahora que está por presentarse el examen profesional número 500, es motivo de gran satisfacción y de un augurio de eternidad.
Nos sorprende mucho el número de graduados: 500 titulados en 30 años, habla mucho de una escuela boutique ¿Qué nos puede decir al respecto? (especialmente en un contexto mundial de educación de masas)
En efecto, una pieza fundamental del modelo educativo de la FLDM es la educación personalizada. No se trata de formar más abogados, sino de preparar a personas dispuestas a colaborar, con la formación recibida y con su talento, en la consolidación de un verdadero Estado de Derecho.
Hoy las instituciones de educación superior, por lo menos en México, se caracterizan por tener un número de estudiantes tal en donde las relaciones personales se vuelven distantes, se busca abarcar y llegar a un número cada vez más amplio de personas y eso no necesariamente está mal, los grupos numerosos o el uso de la tecnología permite que simultáneamente los estudiantes reciban información, pero ciertamente es una visión incompleta del proceso educativo.
Considero que la educación y en especial la educación jurídica, no se trata solo de transmitir conocimientos, que como decía, eso bien se puede lograr en grupos grandes o incluso con la educación a distancia; estoy convencido de que la educación es algo mucho más profundo, que debe de ir más allá de la mera transferencia de información, se trata de la transmisión de valores, de actitudes, de testimonios, de la creación de un espíritu de cuerpo, de saberse parte de una grupo de referencia y eso solo se puede lograr en un contexto en el que las relaciones personales se faciliten y se vuelvan profundas entre todos los integrantes de la Comunidad, sea entre los propios estudiantes, entre los maestros, así como entre los estudiantes y sus maestros.
Por eso la Libre tiene muy claro que su crecimiento no estará en la cantidad sino en la calidad de la educación que imparte. Queremos que la Libre siga siendo una escuela, como usted bien dice, “boutique” y única en el contexto de la educación superior.
A 31 años de la fundación de la Libre, creemos que hemos llegado a la meta del cupo de estudiantes en licenciatura y difícilmente crecerá mucho más.
Queremos ser fieles a la idea que inspiró la fundación, crear una verdadera comunidad en la que todos sus integrantes se sientan parte y comprometidos con su propia formación y que, a las y los maestros, nos permita acompañar a las y los estudiantes, en forma cercana, durante su paso por las aulas e incluso después.
Usted es asesor de un buen número de tesis profesionales ¿Cómo describiría una buena tesis?
En efecto, he tenido la oportunidad de asesorar a más de la quinta parte de las tesis que se han presentado en todo este tiempo y creo que una buena tesis debe de comprender varios elementos: un buen tema, que sea lo más concreto posible, una estructura lógica que permita un desarrollo tal, que a lo largo del trabajos, el estudiante vaya tomando posturas, que aunque sean debatibles, estén bien argumentadas, que permitan poner en práctica su capacidad de análisis y de síntesis, el espíritu crítico, la objetividad y el rigor intelectual, la apertura mental, el criterio y el buen juicio para exponer en forma clara y precisa y con rigor metodológico.
La tesis debe exigirle al estudiante a adoptar criterios propios y mostrar su madurez intelectual.
La tesis, en el plan de estudios de la FLDM, no es un elemento aislado, sino que forma parte de toda la columna vertebral del modelo educativo, que inicia con los cursos de metodologías jurídicas en los primeros semestres y que se va profundizando y ampliando a lo largo de toda la carrera con los cursos de seminarios en los cuales los estudiantes desarrollan esas habilidades necesarias para elaborar la tesis profesional: saber escribir, saber argumentar, plantearse problemas, analizarlos, descartar posibles soluciones y comprometerse con una.
Asimismo, como lo recomendaba el Dr. Salinas para los ejercicios que se encargan en los seminarios, una buena tesis debe combinar un doble enfoque que integre tanto el terreno teórico científico como el del campo de la práctica profesional, que logre un equilibrio entre razón y experiencia, entre los aspectos conceptuales y los aspectos funcionales.
En las tesis yo siempre recomiendo que las hipótesis que se plantean se prueben con datos, con información, por eso el uso de las técnicas de investigación de las ciencias sociales son indispensables.
Cito como ejemplo tesis en las que el estudiante hace labor de investigación empírica obteniendo datos de registros públicos, de sitios electrónicos con información estadística relacionada con el tema, de entrevistas con especialistas en la materia, etc. de tal forma que con todo ello se puedan enriquecer las posturas, el análisis y sobre todo, probar la presunción planteada.
Como decíamos, usted es un asesor muy solicitado por los alumnos ¿Cuando usted asesora una tesis, aprende algo en lo personal?
¡Claro! me siento muy agradecido con las y los estudiantes que a lo largo de los años me han pedido que les acompañe en el proceso de preparación de su tesis profesional.
De todos los trabajos, sin excepción, he aprendido mucho, los temas que han desarrollado han sido de primer orden.
Muchos de los temas de tesis han surgido de planteamientos que hago en mis clases y en las que yo confieso, con absoluta honestidad, no conocer la respuesta y que me parecería que el tema ameritaría un estudio más profundo, de ahí los estudiantes se quedan con la curiosidad intelectual, siguen pensando, luego surge la inquietud de investigar y cuando me dicen que quieren desarrollar el tema en su tesis profesional me da mucho gusto, pues estoy seguro que a través de ellos aprenderé mucho y efectivamente siempre es así.
¿Hay algo más que nos quiera platicar sobre los exámenes profesionales de la Libre?
Con mucho gusto. Los exámenes profesionales son como la cereza del pastel de todo el proceso de formación y del modelo, es la coronación de todo el esfuerzo y del desarrollo de las habilidades que adquirió durante los estudios profesionales.
Durante el examen profesional, el estudiante debe saber exponer en forma oral, clara y sistemática su tema, sus posturas y sus conclusiones.
Debe saber controlar su temperamento y responder los interrogatorios de los sinodales que en muchas ocasiones buscan retar al estudiante con preguntas que presentan variantes al tema de su tesis, otros enfoques o incluso desacuerdos con sus posturas.
Para ello el sustentante debe expresarse con precisión conceptual y terminológica, estructurar rápidamente su respuesta, expresarla, argumentarla y tratar de convencer; en el examen el estudiante debe mostrar no solo de sus conocimientos, sino su madurez intelectual en forma holística.
También, en el examen profesional el estudiante debe saber desenvolverse con colegas, en un diálogo franco y respetuoso, pues al terminar ese acto académico se ostentará como licenciado en derecho.
El examen profesional también tiene otro símbolo que a mi parecer es muy significativo: una vez terminado ese acto, los sinodales le comunican a la alumna o alumno el resultado del mismo, si se le otorga alguna mención especial por considerar la tesis y/o el examen de mérito sobresaliente o bien se le otorga mención honorífica, por además haber tenido un desempeño académico superior durante su carrera; posteriormente se le toma la protesta que le dará al aún estudiante la investidura de licenciado en derecho por la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, ese siempre es un momento muy emotivo, pues es el último acto formal que vincula a quien presentó el examen con la Facultad; y en efecto, es a través de la lectura de la fórmula de la protesta, como se le recuerda al futuro profesional del derecho del compromiso que adquiere al recibir el título que lo habilita para ejercer la importante función de abogado, sin importar la forma del ejercicio profesional, sea como abogado postulante, consultor, catedrático, funcionario público, miembro del poder judicial o cualquier otra, se le pide que sepa hacer honor a su persona, a su Facultad y a su patria, que no olvide que su cliente no solo confiará en su saber sino sobre todo en su lealtad y en su honradez.
Por último, me gustaría agregar que llegar a este número de exámenes profesionales en este momento, en el que se valora tanto la inmediatez y el pragmatismo, cuando las universidades se preocupan más por la llamada “eficiencia terminal” y por crear profesionistas para el “mercado laboral” y no para la ciencia, la elaboración de la tesis y la presentación del examen sigue y seguirá siendo en la FLDM símbolo de un esfuerzo por una pedagogía auténticamente universitaria, es decir, de una enseñanza superior que favorezca la generación de conocimiento - por más modesto que parezca - y el desarrollo del carácter científico del derecho. La tesis siempre será una muestra de expresión de ideas que nos permite desarrollarnos, reconocernos y asumirnos como seres humanos.
¡Muchas gracias, Maestro Flores!
Con reconocimiento de validez oficial de estudios otorgado por el Gobernador del Estado de Nuevo León de fecha 8 de julio de 1988 publicado en el Periódico Oficial del 25 de julio de 1988.
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