Ir al contenido principal

Blog

El Niño y el Anciano, por Mariano Morán Fougerat

por Fernando Villarreal Gonda el 2020-05-28T00:00:00-05:00 bajo el tema de Lenguaje y Literatura | 0 Comentarios

Crown, lisaleo, Morguefile


Una vez nació un joven que envejeció en muy poco tiempo. Era de la nobleza y vivió muchos años.

 

Por mucho tiempo vivió desterrado de su país del Norte, porque allí sólo vivían jóvenes. Pasaron tres generaciones, y el rey falleció sin descendencia. Fue entonces, que los heraldos de aquel reino comenzaron a buscar al heredero al trono. El problema, yacía en que el rey en uno de sus excesos, lleno de cólera había mandado quemar un terreno, desconociendo que ahí se guardaban los documentos reales. Allí, estaba su último testamento.

 

Entonces los juristas del reino, debatieron por meses, quién era el familiar más cercano al trono, y por ende, el heredero.

 

El pueblo pobre nunca supo que había muerto el rey. Mientras tanto, el joven que había envejecido prematuramente, ya anciano, se enteró por un amigo noble, que en aquel reino, su enemigo, el rey, había muerto. Fue entonces que su exilio terminó. Llegó triunfante en carroza: con su diestra sostenía un reloj de oro, con la otra mano saludaba. Esto sorprendió a los aldeanos, quienes se preguntaban quién era aquel anciano. Cuando llegó, venía acompañado de su esposa, una doncella acomodada de una isla del Este.

 

Mientras los juristas debatían sobre la proximidad consanguínea de los familiares del fallecido rey, llegó al Palacio el anciano. Caminó hasta la mesa de los juristas, quienes no se percataron de su presencia a pesar de que caminaba lento, con el puño derecho cerrado mientras la otra mano llevaba un bastón. Al llegar les dijo: “¿qué hacen aquí?”

 

Sorprendidos le pidieron a los guardias que lo escoltaran a las afueras del Castillo, pero les dijo: “¿qué no ven que yo soy el heredero?”. Y les enseñó con su mano izquierda un documento café donde se leía que se le designaba como rey de aquel reino. Aquellos hombres, incrédulos revisaron, y en efecto, tenía el sello real. Entonces lo proclamaron rey.

 

Pasaron muchos años, y seguía reinando. Y el pobre pueblo no era feliz. Más de la mitad de su reinado se dedicó a guerrear contra las islas del Sur. Día tras día recibía cartas de las madres preguntando por sus pobres hijos, y día tras día las quemaba.

 

Pasaron muchos años más y el reino había perdido varias provincias, pero la guerra no acababa. Muchas generaciones habían pasado, pero no el rey y la reina. No había noción de paz, pues de lo único que se hablaba, era de la guerra ancestral con las naciones del Sur y del Este.

 

Entonces, un joven barbudo, se presentó al Palacio y buscó a los juristas a quienes mostró un documento donde decía que era el heredero al trono del rey fallecido. Se rieron, pues ya había pasado mucho, mucho tiempo de aquello. “Llegas tarde, joven” le dijeron. Y llamando a los guardias le pidieron que lo escoltaran a las afueras del Castillo. Les dijo entonces: “déjenme llevarme aquel sello”.

 

Se sorprendieron, y uno, con la mano hizo un ademán a los guardias. “¿Por qué quieres este sello real muchacho?”.

 

Les contestó: “Hace tiempo cuando niño era, un anciano desconocido pasó por mi casa en una carroza, y me pidió prestado un sello, y me dijo que me lo devolvería después, cuando el rey falleciera, y pues, ahora sé que el rey ha muerto, porque, he aprendido a leer. Y si no me van a dejar estar aquí, mínimo déjenme tomar el sello que me prometió que me devolvería”.

 

“¿Y qué has leído?” preguntó preocupado “¿Cómo te has enterado?”.

 

“Leyendo esta carta. Dice que mi tío, el rey, ha muerto, y que soy su heredero.”

“Las opiniones expresadas en este Blog son responsabilidad exclusiva de los autores y no representan necesariamente la posición de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey”


 Agregar comentario

0 Comentarios.

  Suscríbase



Introduzca su dirección de correo electrónico para recibir notificaciones cuando se publiquen nuevas entradas.


  Archivo



  Follow Us



  Facebook
  Regresar al Blog
This post is closed for further discussion.

title
Loading...

FLDM

Con reconocimiento de validez oficial de estudios otorgado por el Gobernador del Estado de Nuevo León de fecha 8 de julio de 1988 publicado en el Periódico Oficial del 25 de julio de 1988.

Síguenos
Contáctanos

Morones Prieto 1000 Pte, esquina Alfonso Reyes, Valle Poniente, Santa Catarina, Nuevo

+52 81 8048 2500

contacto@fldm.edu.mx

© 2024 FLDM Facultad Libre de Derecho de Monterrey. Todos los Derechos Reservados.