La “aborrecedora del Derecho”, por María Inés Rangel

Así como existen amantes del Derecho, tristemente también existen aborrecedores del Derecho.

Siendo una estudiante de Derecho, me parece imposible decir que “no hay Derecho en México”, teniendo en cuenta la cantidad de artículos y leyes y tratados, al punto de llegar a pensar: “¿Cómo se le ocurrió regular esto a alguien?”. Verdaderamente me pongo a pensar si existirá algo en el mundo que no esté aún regulado, me parece imposible, pero otra vez, yo soy una estudiante de Derecho, y claramente habrá desconocedores del mismo, que piensen completamente lo contrario.

Es por esto, por lo que, para esta entrada, me he esforzado en encontrar a alguien que verdaderamente aborrasca el Derecho, y digo “me he esforzado”, ya que, encontrar a alguien que no lo estudie, pero le interese, podría resultar un poco difícil, por lo que para encontrar a alguien que lo aborrezca es necesario que sí le interese, pero claro, sin ser estudiante de Derecho. En este caso así lo fue, al preguntarle a veintisiete personas, la misma persona que en un principio me dijo: “No lo aborrezco, pero me da igual”, por sí sola, regresó después, enfurecida, explicándome sus porqués.

Este enfurecimiento fue debido a un documental que ella comenzó a ver, para mi suerte. Pero sin esta persona intrigada en ese documental, hubiera tardado mucho más en poder encontrar a alguien que me dijera algo de lo que yo quería encontrar. Como lo podemos comprobar, el desconocimiento al tema la llevó a su primera respuesta, y el conocimiento básico, la llevó a tener esta urgencia de expresarse. Esto mismo sucedió con el resto de las veintiséis personas que recibieron la misma pregunta, el único problema es la ignorancia.

Nuestra colaboradora, es estudiante en Ingeniería en Desarrollo Sustentable en el Tecnológico de Monterrey, pero en cuanto a detalles más concisos, nos pidió que fuese anónima su opinión, por lo que no se detallará su identidad. Esta es su opinión:

“A mi parecer, las leyes son un juego de palabras rimbombantes, que solo los abogados pueden descifrar, con forma de lograr confundir a los demás (clientes principalmente). Tan sencillo que podría ser, plasmar las cosas como son y no tener que engañar a la gente.

Igual, considero que existen leyes ridículas que apoyan 100% al agresor en vez de la víctima. Por ejemplo, aprendí que las personas mayores de setenta años por más que cometan delitos ya tienen la posibilidad de tener arresto domiciliario por ese simple hecho, sin importar lo que hayan hecho. También, ahora sé que existe la posibilidad de que los niños nacidos en cárceles deben vivir hasta los cinco años ahí dentro, y después de eso son mandados al DIF. ¿Y por qué tuvieron que implementar eso? Obviamente porque suceden muchos casos, y eso es mayormente producto de que se les permita a las presas tener visitas especiales para tener relaciones sexuales “porque es su derecho”, y los niños terminan sin padres en una organización que ni siquiera son totalmente protegidos.

En México no existe la ley ni se defiende, pero en lo que sí se esmeran los abogados, diputados, senadores, etc., es en defender la impunidad y corrupción. Para mí, los abogados fueron diseñados para defender a la gente de dinero y poder, y una persona de bajos recursos jamás podría permitirse contratar uno que realmente se interese.”

Por estas razones, nuestra colaboradora se considera “aborrecedora del Derecho y de los abogados” ¿Qué parte de esto es cierto, y qué parte podemos defender? ¿Cuál es nuestra respuesta como estudiantes de Derecho? ¿Qué tan buenos resultados producen nuestro sistema jurídico? ¿Qué tan malos? ¿Habrá algo que tengamos que cambiar? Compártenos lo que piensas.

Colaboración de María Inés Rangel

“Las opiniones expresadas en este Blog son responsabilidad exclusiva de los autores y no representan necesariamente la posición de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey”