Compartiendo Lecturas: El Gran Robo del Tren, por Wendy Elizabeth García Jiménez

         Es una novela escrita por Michael Crichton, publicada en 1975, basada en el histórico robo de oro de 1855, en el que empresas londinenses mandaron lingotes de oro hacia París, y cuando las cajas fueron abiertas sólo había plomo en su interior. La obra narra la ficticia aventura que tuvieron los ladrones al llevar a cabo tan grande empresa.

         Edward Pierce es el responsable intelectual de toda la operación, es carismático y sabe granjearse la aceptación de personalidades de todas las clases sociales. Es un maestro ladrón que pasa la vida como un caballero y no teme entrar al submundo de las callejas más terribles de Londres, debido a su actitud y al respeto que genera entre los pobres ladronzuelos. El deseo de Pierce es robar un cargamento de oro que se envía al frente de la Guerra de Crimea, y ha estudiado la forma de robarlo con mucha antelación; sin embargo, la única manera de hacerlo es durante el traslado en el ferrocarril.

         Acompañan a Pierce, Miriam, su amante, y Barlow, su chofer y matón; pero requiere de otros para dar con las cuatro llaves que necesita para abrir las cajas fuertes personalizadas que contienen el oro. Entonces recluta otros ladrones: Agar (cerrajero) y Willy (culebra) a quien hay que sacar primero de la prisión de Newgate.

         Con la idea de conseguir las llaves, Pierce debe acercarse al presidente del banco, Edgar Trent y luego fingir interés en su hija. De esta manera, Pierce averigua dónde guarda el señor Trent su llave, y por la noche, él y Agar irrumpen en la casa y sacan una impresión en cera de la llave.

         Otra de las llaves la consiguen gracias a engaños. Pero las más difíciles son las que se guardan en las oficinas del ferrocarril. Una vez logrado deben disponer cómo subiran al tren y cómo bajarán el oro, lo que resulta ser toda una odisea, ya que Pierce debe caminar sobre el techo del tren y no prevé ciertas dificultades.

         Antes del robo, Willy dará motivos por los que habrá que prescindir de él. Pero después, es Agar quien se va de la lengua y apresan a Pierce; aunque todavía le queda un as bajo la manga.

         Es una novela divertida y alucinante, llena de datos interesantes sobre la sociedad victoriana, y con una buenísima adaptación al cine (1979).

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